Cuando el alma hiriente implora tratando de alcanzar un sueño... ésta se deshoja siguiendo la quimera... Sol que alumbra nuestros días.
Sueño alucinante
Mi esencia, alma vacía
encerrada en este cuerpo,
titubeante más me alejo
de ese entristecido día
donde casi todo es yerto.
Busco tu breve mirada
a través del gran espejo
y en su letargo reflejo
una palabra me llama
intrigante sin consuelo.
Quisiera allá alcanzarte,
acariciarte...
Tenerte...
Besarte...
Mas no consigo rosarte...
Eres sueño alucinante.
Pili González
Muy bonito y apasionado
ResponderEliminarMuchísimas gracias mi amigo José Francisco, por llegar hasta este humilde poema. Un abrazo muy afcctuoso para tí. Gracias.
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