
Próximamente llegará el día de las madrecitas, así que aquí hago llegar mi prosa para todas aquellas que están ausentes.
Cuando la luz del alma se apaga, no hay poder humano que lo encienda de nuevo.
Mayo- 2010
A mi madrecita linda
Mami, del cielo busco a las nubes, para convertirlas en tus brazos, cierro mis ojos y entre ellos descanso, busco de la noche las estrellas, para verte danzar en mis desvelos, mientras titilan fascinantes no te dejo de pensar en aquellos días placenteros.
De las flores busco tu aroma, esa esencia tan tuya que mi olfato tanto recuerda, de la lluvia busco tu frescura que humedece mi alma quien te añora.
Del viento escojo su arrullo, donde puedo alzar mi súplica, para que me escuches madre mía y me devuelva suavemente tu voz.
Del mar sus bravas olas, queriendo oírte cantar las más bellas melodías que solo sus aguas me las pueden prodigar, de los ríos serenos, busco ese mágico espejo que al asomarme vea tu cara y así guarde en mí la calma.
Dibujo en los montes tu silueta y tu ternura, de los valles tu amor pleno que tanto necesito mami, te extraño con locura.
Busco en cada oración ese sosiego en mi corazón, busco en mi corazón tu sola sonrisa y con tu sonrisa apenas visible entre papeles pincelo tantas palabras que he guardado para ti desde que Dios te llevó, palabras ahogadas en mi llanto, ya que cartas al cielo no se mandan. Tan solo tu lindo recuerdo… nubla mis ojos, ese recuerdo tan bello de cuando tu sola presencia me acunaba.
Te llevo tatuada en mi ser.
Pili González
A mi madrecita linda
Mami, del cielo busco a las nubes, para convertirlas en tus brazos, cierro mis ojos y entre ellos descanso, busco de la noche las estrellas, para verte danzar en mis desvelos, mientras titilan fascinantes no te dejo de pensar en aquellos días placenteros.
De las flores busco tu aroma, esa esencia tan tuya que mi olfato tanto recuerda, de la lluvia busco tu frescura que humedece mi alma quien te añora.
Del viento escojo su arrullo, donde puedo alzar mi súplica, para que me escuches madre mía y me devuelva suavemente tu voz.
Del mar sus bravas olas, queriendo oírte cantar las más bellas melodías que solo sus aguas me las pueden prodigar, de los ríos serenos, busco ese mágico espejo que al asomarme vea tu cara y así guarde en mí la calma.
Dibujo en los montes tu silueta y tu ternura, de los valles tu amor pleno que tanto necesito mami, te extraño con locura.
Busco en cada oración ese sosiego en mi corazón, busco en mi corazón tu sola sonrisa y con tu sonrisa apenas visible entre papeles pincelo tantas palabras que he guardado para ti desde que Dios te llevó, palabras ahogadas en mi llanto, ya que cartas al cielo no se mandan. Tan solo tu lindo recuerdo… nubla mis ojos, ese recuerdo tan bello de cuando tu sola presencia me acunaba.
Te llevo tatuada en mi ser.
Pili González